Mucha sal rueda por mis cachetes. Miro al techo y esporádicamente nuestra foto. Te fuiste libianito a la cama, y yo acá, en Buenos Aires, con toda esta nada que me pesa en los pulmones. No puedo respirar. Tengo frio en la punta de los dedos de los pies y en el cuello. Y los labios secos. Y la nariz hinchada. Y la cabeza que me explota... y esta cosa que me late de vez en cuando... que con su sonido pausado y despacito me sujeta a esta puta locura de quererte.
1 comentario:
el amor, la sal, la risa, las ganas de matarse.. viene todo con el combo
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