No hay que tenerle mido a la caminata de invierno por esas calles lejos de las avenidas.
Apuesto que se pueden encontrar muchas cosas interesantes.
Ya no sé por qué siento melancolía.
Es como si el ruidito de las hojas secas hicieran "clac, clac" en mis orejas.
Y si todo está vacío habrá que empezar a llenar con algo... pero ¡cuidado! porque los que mucho llenan a veces rebalsan...¡cuidado! ¡cuidado! No le tengas miedo al miedo. No le tengas miedo a nada. Tené miedo de vos mismo... cuando, de repente, REPETÍS LA HISTORIA UNA Y OTRA VEZ!
Eso nos pasa por no caminar solos por las calles alejadas de las avenidas.
Es que tanta gente y tanto barullo desconcentra, deshumaniza...
QUÉ RUIDO MENTIROSO!
No hay comentarios:
Publicar un comentario