Cuando caminábamos por las calles de Valencia, por supuesto, en mis sueños, cada uno tenía una flor de diferente color, un gorro tan alto que rozaba los cables de las luces y una sonrisa pintada de vino tinto. No hacía falta rozar las suelas con el piso de piedras ya que podíamos levitar al raz de la tierra. Nadie nos miraba y los autos eran tan pequeños que los grandes brazos de los payasos quedaban afuera regando las veredas con agua azucarada. ¿Qué llevaba el cartero?, una gran bolsa de caramelos con pequeños mensajes escurridizos que intentaban escaparse de sus manos, es que eran tan pequeños y veloces... por momentos debía pegar brincos de salta monte para evitar su huida.
Dimos un paseo en bote visitando algunas nubes mientras los Beatles tocaban en la punta de un edificio altísimo. Bailábamos tirando cintas en el aire y después, cuando desperté me trajiste el desayuno a la cama dandome un beso en la frente. Qué linda noche que pasamos juntos.
1 comentario:
Ob-la-di,Ob-la da life goes on braa
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