lunes, 27 de julio de 2009

No entender

Resulta que era un día soleado muy lejos de casa, aunque en realidad no tanto. Sus pequeños ojos algo tapados por pestañas desprolijas me preguntaron despreocupadamente: "¿querés ser mi mamá?" y yo, mucho menos sabia que aquella niñita de pocos años en esta vida pero eternos vividos... le contesté: "no puedo".

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