A veces ella me mira desde cerca
me respira en el ombligo
me toca, me enfría y se va.
Vuelve cuando le apetece, caprichosa;
y me llena de cenizas,
de cielos acabados
de horizontes alcanzables.
Ella subvierte las luces,
acuna las hojas de los árboles
pero no es el viento,
es el espejo, el eco, la calma
es mía pero no;
es mis manos y mis ojos
pero sólo a veces
cuando me inventa.
A veces ella me mira desde cerca
me respira en el ombligo
me toca, me enfría y se va.
Vuelve cuando le apetece, caprichosa;
y me llena de cenizas,
de cielos acabados
de horizontes alcanzables.
Ella subvierte las luces,
acuna las hojas de los árboles
pero no es el viento,
es el espejo, el eco, la calma
es mía pero no;
es mis manos y mis ojos
pero sólo a veces
cuando me inventa.
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