Quizás ahora, recién ahora, entiendo la idea poética del dolor. Es decir, las dagas, los corazones sangrando, cartas rotas, y todas esas ideas románticas que ya no están más a la moda pero que en los 90´s la gente se tatuaba en el brazo. Digo ahora, porque permanece. Porque es molesto. Porque es insoportable. Podría decir que me da tedio pero a la vez me inspira, me saca del lugar común. Es un llamado a levantarse de la cama porque no quiero tres sesiones terapia por semana. Es, como ya dijeron muchos, lo que me hace darme cuenta de que hay algo ahí, de que yo estoy ahí y tengo que correrme de ese lugar.
Nunca haber sentido dolor es como nunca haber tenido un orgasmo. No sabés lo que es, ni de que se trata, ni cómo va a responder tu cuerpo, ni cuándo va a venir, ni cuánto va a durar... o si alguna vez vas a sentirlo. Por eso creo que el dolor es como el orgasmo. Una vez que ya lo tenés, sabés cuándo, cómo, dónde y qué. Pero a pesar de ello todas las veces es único... todas las veces supone una muerte, un cierre, un suspiro del cuerpo, un "no doy más".
Es probable, que un día me despierte y este dolor no esté más. Y quizás ahí me de cuenta por un tiempo de que soy libre de esa molestia en los pulmones, de que puedo respirar y escuchar Sigur Rós sin llorar.
Es probable que después de tocar fondo vayas subiendo de a poco, al cielo, o a la tierra (depende de qué fondo estamos hablando).
Es probable que después de tocar fondo vayas subiendo de a poco, al cielo, o a la tierra (depende de qué fondo estamos hablando).
Yo ya no le tengo miedo al dolor. Quizás sí, a la angustia pero ese es otro tema.
Yo ya no le tengo miedo al dolor porque aprendí que no es excusa de nada. Se siente, y la vida sigue y ya. Digamos, uno tiene que nadar en esa mierda o hundirse en ella (de hecho, la idea de morirse asfixiado por bosta es bastante desagradable, por no decir cobarde, mediocre, etc)
Entonces, quedamos en que cuando uno siente dolor no tiene que pensar en volar. Tiene que tratar de sacarse las cadenas de aquello encarnado, cerca de lo hondo, color oscuro.
Quizás se parezca a todo eso. Pero el dolor, también es silencio. Lo que se esconde detrás de la armadura. Lo que no se sabe, lo que se esconde, lo que se tapa, lo que no se puede manejar. Es sentir todo y nada, amor y odio, ser o no ser, Dios o no Dios...
El dolor, ese. El que te tira de un lado al otro... el que te acaricia y cachetea, el que se disfruta y tortura, el que se habla y se calla, el que suma y resta, el que maneja al libre albedrío la intensidad de tus sentires... el que te levanta todas las mañanas...
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